Mientras que los beneficiarios de nuestra peligrosamente desequilibrada, inestable y poco equitativa globalización consideran su libertad sin freno el mejor medio para alcanzar su propia seguridad, sus víctimas directas o colaterales sospechan que su mayor obstáculo para ser libres (y para hacer uso de cualquier libertad que se les pudiera conceder) radica en la inseguridad, que viven como algo horrible y lamentable.