-No deberías beber tanto, imagina la decepción de tu amiguita si luego... ya sabes... -Tranquila, soy perfectamente capaz de cumplir. -No me lo jures. -¿Qué? -Que es fantástico, Lucas. Te felicito por ser tan eficiente. -Bebe-me indicó, más como una orden que como una sugerencia. Cambió su vaso vacío por uno lleno y se lo volvió a tragar de golpe-. Te veo tensa. -No soy yo el que se está bebiendo hasta el agua de los floreros.