Hoy a los niños se les enseña a cerrar los ojos y a bloquear los oídos para que nunca vean las necesidades del pueblo ni oigan sus gemidos. El que solía oír, hoy se ha convertido en sordo. El resultado de esos colegios son aquellos de quienes se dice: «¡Lástima de esta generación, porque tienen ojos y no pueden ver, y tienen oídos y no pueden oír!». Porque se les ha enseñado a ver y oír un solo mundo.